Módulo 1: Experiencia discriminatoria.

 Después de finalizar mis estudios de veterinaria y especializarme en ganado vacuno lechero, comencé la búsqueda de mi primer trabajo. Contaba por aquel entonces con 25 años. Comento este dato porque muchas compañeras me comentaban que en las entrevistas les preguntaban si tenían pensado tener hijos o si los tenían. He de decir que en la entrevista del que sería mi primer trabajo por algo más de 10 años, no me plantearon esta cuestión y por lo tanto he de decir que no experimenté esta discriminación por cuestión de sexo.

Si recalcar que éramos 4 candidatos, 3 hombres y yo y matizo esto porque soy consciente y además así se me comentó a posteriori, que conseguí el trabajo porque no puse objeción en cuanto a mi salario, a la pregunta ¿cuánto quieres cobrar? respondí, lo que ustedes crean conveniente, proponiéndoles un mes de prueba y si no estaban contentos con mis servicios, prescindir de los mismos; la siguiente cuestión fue si tenía inconveniente en trabajar dos fines de semana al mes y realizar las correspondientes guardias semanales nocturnas a lo que respondí que no tenía ningún problema y que además me iría a vivir a un pueblo cercano a la cooperativa para poder prestar un servicio rápido ante posibles emergencias.

Evidentemente, los otros compañeros exigían un salario x y mostraron objeciones en cuanto al número de guardias. El servicio veterinario de esta cooperativa se resumía a 2 veterinarios para prestar un servicio de 24horas, 365 días al año y con unas 7000 reses lecheras en producción.

Es así como entré a formar parte del mismo, mi compañero hombre, me acogió con los brazos abiertos y le estaré agradecida por su trato eternamente. No obstante la primera advertencia que me hizo es que había socios muy machistas, que estuviese tranquila y que poco a poco me irían aceptando.

Esto no fué así ya que algunos socios cuando sabían que quedaba yo de guardia y surgía un parto llamaban a otro equipo veterinario de la competencia, integrado sólo por hombres, matizo esto porque unos de los comentarios en el gremio era que en el equipo ese, sólo se contrataban hombres.

No lo tuve fácil, me esforcé mucho y me dediqué en cuerpo y alma y finalmente me fui ganando la confianza de muchos ganaderos. Estuve casi 11 años trabajando en la misma y finalmente la dejé para preparar oposiciones y entrar en la administración porque aunque tuve éxitos también tuve fracasos y puedo asegurar que si un animal que atendía mi compañero moría nada se ponía en duda, pero si me moría a mi era diferente.

Pero la discriminación más objetiva y demostrable que viví fue la salarial. Durante mis 2 primeros años podía entender que mi compañero ganase 400 euros más que yo, pero después de 4 años y haciendo las mismas horas y las mismas guardias no podía entender seguir así. 

Se lo comenté a mi compañero y me animó a que hablase con la directiva y pidiese aumento de sueldo. Así lo hice, y aunque no obtuve una negativa, fue pasando el tiempo otros 2 años y todo seguía igual. No fué hasta que entró una nueva directiva que se me igualó el salario al de mi compañero. Habían pasado 6 años.

Finalmente comentarios y actitudes que viví unido a esta diferencia salarial me animaron a luchar por superar una oposición y entrar en la administración donde claramente vi que era el mejor lugar para garantizar mis derechos y no vivir situaciones discriminatorias.

Espero y deseo que la sociedad avance y se dé el lugar que se merece a las mujeres en las profesiones que todavía se siguen catalogando como "de hombres".



Comentarios

Entradas populares de este blog

“Diseño colaborativo de servicios públicos”

Reto 4: Conversaciones transformadoras.

Curso: Objetivos de Desarrollo Sostenible.